lunes, 7 de enero de 2019

Este curso celebramos en el CPI de Bembibre el festival Solsticio de Invierno y la Saturnalia con diferentes actividades organizadas desde las materias de Cultura Clásica, Latín, Lengua Castellana, Música, Artes escénicas y Artes plástica.


Celebramos el Solsticio de Invierno para reivindicar un culto pagano asociado a un fenómeno natural que se produce en un rincón muy especial de nuestra ciudad, Santiago de Compostela.

Dicho fenómeno ocurre el 21 de diciembre (solsticio de invierno) de nueve  a nueve y media de la mañana, cuando los rayos del sol salen por el Pico Sacro proyectándose sobre la Torre del Tesoro de la Catedral compostelana construida por Gil de Hontañón.



Los rayos solares van iluminado poco a poco cada uno de los 12 escalones de los que consta la cúspide de la torre, los 12 escalones simbolizan las 12 horas solares del día, que iluminados en su totalidad, hacen que la cúspide de la torre se convierta en una pirámide de oro, en un Ara Solis, un altar solar. Un lugar mágico relacionado con el Sol invictus.


A partir de esa fecha los días empiezan a crecer de nuevo, la luz se regenera y por eso los antiguos celebraban el renacer de la nueva luz y se regalaba velas encendidas, hoy, por estas fechas seguimos haciendo un homenaje a esta luz nueva decorando nuestras casa y calles con luces de colores.


Celebramos también la Saturnalia, pues eran unas fiestas en honor a Saturno, en un principio, dios de la agricultura y las cosechas. Con el tiempo fue equiparado a la divinidad griega Crono, dios del tiempo.




Esta celebración duraba sólo un día, el 17 de diciembre, pero posteriormente se prolongó del 17 al 23 de mes citado. Esta fiesta se considera como la equivalente a la Navidad cristiana.

La Saturnalia rememoraba la Edad de Oro de la Humanidad, en la que Saturno, gobernaba, y en la que no existían las diferencias sociales, el sustento no se ganaba con el trabajo, reinaba la paz y siempre había comida.

Al igual que se hace en nuestra era, el año se cerraba con unas festividades de alegría, paz y felicidad, pues estas conmemoraciones festejaban el fin del año y el comienzo de otro nuevo.

La Saturnalia se inauguraba cortando la cinta de lana que sujetaba al dios durante todo el año para que no huyera de la ciudad. En esa semana,  Saturno era liberado de sus ligaduras para reinar durante siete días sobre la tierra. A continuación, se celebraba un sacrificio en su honor en el templo que tenía ubicado en el Foro y se continuaba con un banquete público al que podía asistir todo el pueblo.



Para poder participar de las conmemoraciones, las actividades de la ciudad se paralizaban. Se cerraban los comercios, las escuelas, los tribunales, se otorgaba la libertad a los presos y se suspendían las ejecuciones de los condenados a muerte.

Para que reinara la felicidad entre los ciudadanos se llevaban a cabo sorteos de lotería y la gente deambulaba por la calle, permitiéndoseles jugar y apostar en público. A su vez, podían asistir en el anfiteatro a combates de gladiadores.

El vino y las comidas abundantes caracterizaban a esta semana festiva.

La gente vestía con sus mejores galas para asistir a los banquetes, dejaban de lado sus togas cotidianas para ataviarse con los trajes festivos (synthesis) .

Los esclavos coronaban sus cabezas con unos gorros llamados pileus, símbolo de libertad.

















Pileus




En el núcleo familiar, las celebraciones eran más relajadas, pues se intercambiaban regalos; a los hijos se les regalaban muñecos de barro (sigilla) y a los amigos velas (cerei). 



Sigilla


 Cerei

Durante estos días las familias se reunían y comían todas juntas, principalmente un dulce de miel y frutos secos que llevaba un obsequio en su interior (haba seca), el que lo encontraba era coronado como princeps Saturnalicius y sus órdenes debían de ser cumplidas.

Como los esclavos formaban parte de la casa, también disfrutaban de la festividad. Los esclavos eran liberados de sus tareas cotidianas y se intercambiaban los roles sociales, pues los esclavos eran servidos por sus amos, e incluso podían injuriarlos, sin ser castigados. También se les permitía desempeñar cargos del Estado.

Se sabe que en el segundo día de las Saturnalia se llevaba a cabo un carnaval que sería el preludio de nuestros carnavales.

La fiesta finalizaba el 23 de diciembre tras seis días de banquetes, de regalos y de inversión del estatus social.

Justo cuando se acababan las Saturnales, llegaba el turno del Solsticio de invierno, es decir, la entrada del Sol en el signo de Capricornio.

Poco a poco, las decenas de dioses que se idolatraban en la antigua Roma se acabarían reduciendo solo en la adoración del Sol, ya que creían que de él provenía todo.

El Sol invictus, coincidía con el nacimiento del dios oriental Mitra. Era el dios del cielo y de la luz, y su fiesta conmemoraba el fin de los trabajos en el campo, una vez acabada la siembra del invierno.



 Disco romano Sol Invictus


Esta festividad coincidía con el 25 de Diciembre, y es la fecha que en el año 321 d. C. Constantino el Grande hizo coincidir con el aniversario del profeta Jesús (el cual, según unos estudios, realmente nació en agosto), y que en 350 d. C. pasó a llamarse Navidad por primera vez.

Se hizo de esta manera para crear la ilusión de que la Navidad era una festividad de hacía muchos años, y querían recordar que, al igual que en la antigua Roma, los cristianos actuales desean compartir la alegría y hacer regalos a los amigos y familiares mientras gozan de grandes banquetes (esta vez, eso sí, sin incluir el rito de las bacanales o el intercambio de roles, aunque posiblemente algunos estarían interesados en intentar hacerlo).


La representación gráfica del mes de Diciembre en el calendario de Philocalus (del año 354 d.C.) evoca la fiesta de las Saturnales ya que nos muestra, entre otros motivos, una mesa de juego con dados y cubilete y en el margen lateral dice: "Ahora, esclavo doméstico, puedes echar una partidita con tu señor". Esto podía entenderse en sentido estrictamente literal. Sabemos que en las Saturnales el esclavo tenía licencia para "dar la vuelta a la tortilla" y decir a su señor verdades incómodas. El mundo quedaba patas arriba y podía ocurrir que los señores sirvieran a sus propios esclavos.


FESTIVAL SOLSTICIO DE INVIERNO - SATURNALIA - CPI BEMBIBRE

Inauguramos el festival desatando los pies a Saturno para que gobierne la Tierra durante siete días y posteriormente las alumnas de Latín recitan una oración en latín y gallego a Saturno mientras las de Cultura Clásica hacen un sacrificio animal con libación cruenta.



ORACIÓN A SATURNO

AVE, SATURNUS,
AGRICULTURAE MESSISQUE DEUS
IANUS IUSTUM CULTUM COMMENDAT.

AUREAM AETATEM NOBIS CONSENTIS.
VOLUPTATEM LAETITIAMQUE
ET TUOS FRUCTUUM CULINAE ARTEM
NOBIS CONCEDES.

INTER PERSONAS AEQUATIONEM
TU NOBIS ADMONES.
DOMINI ET SERVI
FRATES SUNT.

ADMITE HAEC VIRGAM
POST AUTUMNI MESSUM.
VIVUNTO SATURNALIA,
MELIOR DIES!

Oh, Saturno, deus
Da agricultura e da colleita,
Jano encoméndanos o teu merecido culto.

Outórgasnos a Idade de Ouro.
O pracer e a ledicia
e a arte da cociña
Dos teus froitos concédesnos.

A igualdade entre persoas
ti nos lembras.
Amos e escravos
Irmáns son.

Recibe este fillo
Tras a colleita de outono.
Que viva Saturnalia,
O mellor dos días!

Quedando inaugurada la fiesta el alumnado de de 2º y 4º de ESO bailan un Sirtaki, danza popular de origen griego, para posteriormente dar paso al banquete romano que tiene lugar en el triclinium donde algunos alumnos ocupan el lugar de anfitrión, el invitado de honor y otros invitados.


















Para culminar la Saturnalia se hizo entrega de los premios y diplomas a los ganadores del concurso de postales y los regalos del “amigo invisible”.